INOX. EL FILO DE UNA REVELACION

Quienes tuvieron el buen criterio de asistir a Arditurri el día de su declaración de independencia como república libre, además de poder disfrutar de un día redondo como el cromlech de su Parlamento en un entorno mágico, pudieron degustar un doblete musical que discurrió entre la historia y el futuro. Claus Groten nos trajo a sus Vómito + Inox, pero si los primeros son suficientemente conocidos, no así los segundos, que presentaron en vivo y en directo su segunda entrega: «Chica Zombi».

vomitoinox

Hoy vamos a reseñar dos crónicas recientes sobre los dos primeros discos de Inox. Una la realizada recientemente por TGL para el estupendo blog LaFonoteca, que versa sobre su primera entrega discográfica, «Hiéreme»; y dos, la presentación realizada por Jakue Pascual para su segundo álbum, «Chica Zombi».

 

Hiéreme

 

Portada Chica zombiContraportada CD

 

AMORES ZOMBIES, CORAZONES TERRORISTAS, ALAMBRADAS DE CUCHILLAS, GUITARRAS INOX Y SABLES.

 

 

Una big-band rock se eleva como una compacta B.S.O. confundiendo en la “Intro vuvú” el cielo con el inferno, digamos, de New Oleans. Una docena de manos escarban en tus entrañas buscando algo así como amor. El trac-trac-trac de una cinta de serie B marca el travelling de un contoneo no muerto… Su boca, su aliento, su beso y ese deseo de carne empapado y caliente.

 

“Chica Zombi”, el nuevo trabajo de Inox, una banda condenada al hambre eterno y que en esta segunda entrega consolida un sonido acerado, opaco y salvaje que, con desparpajo, simula la alegría de un cosquilleo pop en la barriga rasgada por el filo del escalpelo. Si las buenas maneras apuntaban ya con mucha solidez en su primer trabajo “Hiéreme (canciones de sangre amor y lagrimas)”, llega la hora machacar una propuesta en la que el rock estalla sin complejos como un compendio de saberes interpretados con estupenda factura y en donde decenas de estilos y bandas son evocadas en la recombinatoria singular de lo que a cada cual –según define Inox- le complazca. The Cult, The Jesus and Mary Chain, The Ramones, Deed Purple… y el metal recorre unas impecables cuerdas que van desde el progresivo al hard y que no desdeñan reinventarse como aleación heavy, de sustrato core y melodías populares desplegables…

 

Una denuncia tan actual que en “Vallas y cuchillas” corta como una alambrada de gilletes interpuesta entre la miseria de quienes todo lo quieren y la de quienes no tienen nada. Rock and Roll en estado puro, de metal duro y base de combate. Es “El último Riff”, como el desgaste de unas suelas inscrito en la canción de unas botas… Una forma de vida nos dijeron…

 

Y aquí nos hallamos, en los “Sotanos del cielo”, una estupenda elección esta versión cruda de uno de los himnos de la contracultura zaragozana de principios de los 90, compuesto por Club Eléctrico y aquí interpretado con un alo de after glam que a pinceladas nos pinta en la cabeza modos de The Pysichedelics Furs o la Roxy o nos sumerge, por qué no, entre pensamientos a lo The Killing Joke o The Cure. Un tema al que acompañan otros dos estupendos covers: “Un hombre sin piedad” de The Highwaymen, la tripulación pirata musical constituida por Kris Kristofferson, Johnny Cash, Waylon Jennings y Willie Nelson, a cuyo álbum “Highwayman” de 1985 incorporan un corte con el mismo nombre, que versionea el éxito que compusiera Jimmy Webb. Y “Cerebros destruidos” de Eskorbuto, qué decir de ellos, un sentido homenaje a los de Santurtzi.

 

Además de las originales Inox: “Te veré en París”, todo un remake pop-rock del romance antifascista “Casablanca” o de los amores de urgencia en la resistencia. La saltarina “Tal vez…” sí o tal vez no, una balada hard-pop para cuando las pasiones giran en el torbellino de la noche. La enajenada y cruel sátira política guitarrera de “Ministro”. Y el deseo metálico de la chica “Dulce, bella y cruel”. Canciones que contienen todo un incontenible bagaje rockero sobre el que seguir experimentando un sonido ya afianzado; y en las cuales han contado con la impecable colaboración del saxo de Catherine Marchand, el violín de María Hamela y los coros de Ana López y Daiana Fernández.

 

Claus Groten al bajo, Iban Martínez en la batería, Josu Alecha a la guitarra solista y Gari Gorrotxategi con la rítmica, son Inox. Si buscas intensidad, no te los pierdas.

 

Jakue Pascual

 

Martes, 26 de abril 2016